miércoles, 16 de diciembre de 2015

Dos objetivos para el urbanismo en Carreño: deshacer los errores socialistas y escuchar a los vecinos

Una vez ha adquirido firmeza la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que anula el texto refundido del Plan General de Ordenación (PGO) promovido por el Gobierno del PSOE, desde el PP sostenemos que lo que procede es  aprobar un nuevo texto refundido con transparencia e información pública, así como el planeamiento para Carrió y Perlora. Además, creemos que en este mandato hay que iniciar la revisión del conjunto del Plan General de Ordenación. Pasamos a explicarlo:

1) Texto refundido del Plan General de Ordenación: la sentencia que lo anula es contundente al señalar los fallos garrafales que llevaron al PSOE a eludir la aprobación del texto por parte del Pleno. Además se apuntan vicios tales como la falta de información pública en el procedimiento seguido. Por la tanto, como mínimo hay que llevar a cabo un procedimiento transparente, con apertura de información pública para que los vecinos conozcan qué se está haciendo y desde el consenso con el resto de partidos, dado que el acuerdo debe pasar por el Pleno.

2) El planeamiento de Perlora y Carrió: son las dos únicas parroquias que en parte de su superficie no tienen un planeamiento actualizado. Nosotros, igual que la Asociación de vecinos de Perlora, creemos que la ejecución de la sentencia conlleva necesariamente aprobar el texto refundido y el planeamiento para Carrió y Perlora. Lo decimos porque tanto el texto refundido como el planeamiento de  las dos parroquias mencionadas, traen causa de las modificaciones que el Principado impuso al Ayuntamiento respecto del texto aprobado originalmente por el pleno. Por lo tanto, no se entiende la aprobación de un texto global que deje fuera a una parte del concejo. 

3. Revisión del PGO: lo llevamos en nuestro programa electoraly por lo tanto defendemos que en este mandato se revise el conjunto del planeamiento, y para ello creemos que previamente hay que realizar un proceso de participación ciudadana para saber qué cambios quieren hacer los vecinos respecto de la ordenación actualmente vigente. En los últimos años se han detectado errores y deficiencias que hay que corregir, y lo deseable es hacerlo escuchando la opinión de los vecinos.