viernes, 20 de septiembre de 2013

Los hachazos en el recibo del IBI previsto para 2014, dejan a las claras las mentiras del PSOE en relación con el catastrazo

En el marco del procedimiento de valoración catastral de los inmuebles de nuestro concejo, y más  concretamente del llevado a cabo en el seno del Ayuntamiento para la modificación de la ordenanza del IBI, el Partido Popular sostuvo en todo momento una tesis clara: dado que la revisión catastral se ha retrasado veinte años (la última entró en vigor el 1 de enero de 1994), y la subida de los valores  catastrales es verdaderamente importante, el Ayuntamiento de Carreño tiene un instrumento a su alcance en orden a la neutralización  de esa subida. Dicho instrumento es la ordenanza fiscal del IBI, y específicamente la aplicación de tipos de gravamen más bajos que los hasta ahora vigentes.
Frente a lo anterior, en el pleno del pasado 18 de junio, el PSOE, UNA y PCPE decidieron mantener el mismo tipo de gravamen para bienes urbanos que el vigente hasta ese momento:0,68. PP, FORO y CAUN defendimos un tipo del 0,4. Respecto de los bienes rústicos el Gobierno  aprobó un 0,45, y los partidos de la oposición antes mencionados nos decantamos por el 0,3.
Con la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación ha aumentado de forma considerable tanto el suelo urbanizable como el tamaño y número de los núcleos rurales, y a dichos bienes se les aplica el tipo de gravamen de los bienes urbanos, es decir, el 0,68, por lo que bienes que antes pagaban de acuerdo con el tipo rústico, que ahora es del 0,45,  lo harán ahora conforme al tipo urbano, que es del 0,68. A todos esos bienes se unen los inmuebles del casco urbano de Candás, que tributan por el mismo tipo de gravamen.
Al PP le han llegado quejas de numerosos vecinos, algunos de Candás, pero sobre todo de la zona rural. Vecinos de Guimarán, de Piedeloro, de Prendes, de Logrezana, entre otras parroquias, han visto  que sus recibos del IBI se van a multiplicar por dos, por tres y hasta por cuatro respecto del dinero que pagan en la actualidad. Además hay que señalar que dichos incrementos irán a más salvo que el Ayuntamiento decida reducir los tipos de gravamen para años venideros. No debe olvidarse que la notificación recibida por los vecinos recoge la cantidad a pagar en 2014, que es el ejercicio en el que se aplica la reducción del 90% respecto de la cantidad que habría que pagar el último año en el que se repercute la subida, que es 2022. 

Todo lo señalado pone de relieve lo que el PP ha venido denunciando: es escandaloso que ante un catastrazo en toda regla, los socialistas hayan decidido no  realizar el esfuerzo necesario para aliviar la pesada la carga fiscal que los  vecinos tienen que soportar con este impuesto. La única pretensión del PSOE  es el aumento de la recaudación, dado que no entra en su forma de ver las cosas que el Ayuntamiento haga esfuerzos en la contención del gasto público permitiendo el alivio del contribuyente con una menor carga fiscal.
Por  lo expuesto,  desde el PP insistimos en la necesidad de que la ordenanza fiscal reduzca los tipos para neutralizar una subida tan brutal. El Ayuntamiento debe apretarse el cinturón  del mismo modo que hacen las familias de nuestro concejo en su vida diaria. EL PSOE ha demostrado que su deseo con este tipo de actuaciones es  aumentar la recaudación indiscriminadamente a costa del bolsillo de los ciudadanos.
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