Seminarista descarrilado,
diácono simulado, supuesto profesor de teología descabalgado, enfermero
jubilado, escritor aficionado, acólito consumado y sobre todo, pelota del poder
establecido profesionalizado. Ese es José Marcelino García, cronista y
heraldo del socialismo de Carreño, que hoy en El Comercio publica un
artículo bajo el título "moción de censura", repartiendo mandobles a
la oposición política municipal, con especial dedicación al Partido Popular, al que este ilustre escribidor llama "la gaviota". En la otra cara de la moneda, los elogios al alcalde llegan a tal grado de arrastramiento engolado, que la carcajada inicial torna en
compasión y ternura finales. ¿Qué sentir si no, al ver a un conciudadano de tan provecta edad reptando por el fango de la adulación?.
¿Qué le pasará a José
Marcelino?. Lo cierto es que en años recientes disfrutó amplia y visiblemente
su condición de poeta del alba en el amanecer candasín de la festividad del
Santísimo Cristo. Sin embargo, parece que la gloria pasajera
inherente al nombramiento precitado, no es suficiente. Se dice que lo que realmente priva a José Marcelino es la idea de transformarse de cronista del alcalde en cronista del concejo de Carreño. Parece concluir que pasando la mano
por el lomo del alcalde, al mismo tiempo que califica a sus opositores de "inteligencia
menguada", "ineptos", "patriotas del maletín",
"ojeadores e inquisdores en un permanente estado de conspiración y
ansiedad", podría llegar a alcanzar su meta querida, su gusto infinito por extender sus crónicas almibaradas al ser y estar oficial de nuestro concejo.
Lo cierto es que José Marcelino es grande. Gracias a su sapiencia acabamos de descubrir
que Carreño es el único municipio de España en el que su glorioso alcalde
ostenta la competencia gestora en materia de sanidad y educación. ¡Los carreñenses
tenemos sanidad y educación gracias a la PSOE y al alcalde Riego!, grita el
cronista oficial a la expectativa. La gestión de nuestro primer edil es
"altamente positiva" en materia de empleo, dice el heraldo sin par.
¿También le debemos al primer edil de Carreño los más de novecientos vecinos que están sin
trabajo?. ¿Un logro altamente positivo?. José Marcelino, el látigo de la oposición, responde que sí.
Gracias José Marcelino.
Muchas gracias. Gracias de corazón por permitirnos saber su fundada y
aleccionadora opinión. Infinito agradecimiento por mostrarse tal y como es. Sin
máscaras ni disimulos. Socialista hasta las cachas, a la par que acólito
disfrazado con una impoluta alba en la Iglesia de los perlorinos, vecinos
de Carreño que mayoritariamente estarán dando saltos de alegría al ver
las crónicas de este destacado socialista, de loa y elogio a un alcalde
específicamente castigador de esa parroquia del concejo.
Dicho lo cual, desde esta humilde morada de la gaviota carreñense, nos despedimos ya estimado convecino. Como diría su añorado Felipe González, otro socialista de pedigrí: sin
acritud.