El albergue es una necesidad y que se haga mediante la
cooperación entre municipios es algo bueno para todos. En ese sentido, decimos
sí al albergue. Sin embargo, creemos que la elección del consorcio como fórmula
para llevar a cabo la compra del terreno, la construcción del albergue y su
posterior gestión, es un error. Un error porque la firma de un
convenio entre los Ayuntamientos, estableciendo las obligaciones financieras de
cada parte, y la posterior encomienda al Ayuntamiento de Avilés, que es el
mayoritario, al objeto de que saque a licitación la gestión de las
instalaciones, es una fórmula menos costosa, más simple y por ende más
beneficiosa para los vecinos.
Del consorcio desconocemos qué coste va a suponer, porque
el PSOE probablemente termine poniendo un gerente al frente.
Tampoco sabemos si pretenden que sea personal del consorcio el que gestione el
albergue, o si quieren que sea una empresa a través de una licitación. Todo eso
hay que aclararlo y los socialistas no quieren, del mismo modo que tampoco hay
ningún informe que justifique por qué es necesaria la creación de un consorcio,
y este es un aspecto que la ley exige que se acredite antes de su puesta en
marcha.
En consecuencia, no se puede engañar a la gente. Para que
haya albergue, no es necesario crear una nueva estructura con más gasto y más
burocracia. A la izquierda le preocupa más el consorcio que el albergue, por
eso están llevando a toda prisa este asunto a los plenos municipales y se niega
a discutir la fórmula para la gestión. Este no es un asunto baladí. En el
PP queremos bajar impuestos y que se reduzca el gasto público, y eso no es
posible si no ponemos coto a esta plaga de los chiringuitos que tanto
gustan al PSOE. Por todo lo expuesto, en Carreño defendemos la idea de
albergue sí, chiringuito no, lo cual es coherente con nuestras propuestas
relativas a otros chiringuitos como el de la mancomunidad del Cabo Peñas.
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