La
reducción de impuestos es una de las propuestas más importantes de nuestro
programa electoral, en coherencia con lo que el PP viene proponiendo para
Carreño en los últimos años. En esa línea, y con el objetivo de hacer realidad
nuestros compromisos con los vecinos, pactamos con el PSOE nuestro apoyo a la
organización municipal, a cambio de llevar a cabo a lo largo del presente
mandato, una serie de reducciones de impuestos, porque el PP sostiene que el
mejor destino del dinero, es el bolsillo de los ciudadanos.
En
este momento podemos anunciar que el Pleno que se celebrará el próximo 26 de
septiembre, en el marco de las ordenanzas fiscales para 2020, abordará las
siguientes reducciones de impuestos propuestas por el PP:
- El
IBI (popularmente conocido como
contribución), que se aplica sobre los inmuebles de carácter urbano, bajará hasta el 0,4%, que es el gravamen
más bajo que la ley permite. El gravamen para los bienes rústicos ya estaba
desde el año pasado en el mínimo legal del 0,3%.
- La
plusvalía también bajará del
siguiente modo:
El
gravamen se reduce un 19%, al pasar del 16 al 13%.
La
transmisión por herencia de la vivienda
habitual pasa a ser del 95% en todos los casos, y deja de exigirse que el que la hereda tenga que destinarla también a vivienda
habitual.
El
resto de propiedades transmitidas por herencia,
todas las que tengan que tributar por este impuesto, pasan a tener una
bonificación del 24% en 2020. La propuesta del PP es que a lo largo de este
mandato ese porcentaje se vaya incrementando hasta alcanzar el 95% al final del
mismo.
Esto es muy
importante porque es la manera de eliminar en Carreño un impuesto, el de la
plusvalía, que es el impuesto de sucesiones de los ayuntamientos, es decir,
dinero que los vecinos tienen que pagar cuando heredan un piso, una casa o un
terreno, y que nosotros queremos que dejen de pagar.
Esperamos
que además del PSOE con el que hemos pactado estas medidas beneficiosas para
los vecinos, el resto de grupos políticos apoyen las propuestas de reducción de
impuestos. Es el momento de gestionar mejor, y eso pasa por una menor presión
fiscal sobre los vecinos, y una administración más eficaz del dinero público.
No hay que recaudar más sino gestionar mejor lo mucho que ya se recauda.